Cada vez tengo más claro que si no fuese por él, por su forma de hablar, de mirar y de reir, nada sería como es ahora. Ni lo más mínimo tendría nada de semejanza con el ahora. Porque no hay palabra suficientes para describir algo que se va formando poco a poco, y cuando te quieres dar cuenta, ya estás aproximándote a un año, un año en el que tu vida se ha puesto patas arriba, en la que tan pronto estás arriba, como te quedas abajo. Contigo
No hay comentarios:
Publicar un comentario